En la calle Arquitectura de la lujosa urbanización de Bellas Artes de Pozuelo de Alarcón todos señalan a un chalé maldito. Una conspicua vivienda que hace 20 años fue escenario de un asesinato atroz cometido por Pietro Arcan. Un chalé de 400 metros edificados que nunca después fue habitado y que ahora está okupado por un grupo conflictivo que estremece a la colonia con sus fechorías y sus fiestas.

Por culpa de estos usurpadores los vecinos están desde hace varios meses en pie de guerra. Han sido víctimas de robos, han sorprendido a los usurpadores en sus jardines y tienen pavor a cruzarse con ellos. También han denunciado los desmanes a la Policía e incluso han conseguido dejarles sin luz y sin agua. Pero ni así los invasores se mueven del chalé, que se encuentra muy deteriorado tras muchos años de falta de mantenimiento.

«Los únicos que nos ayudan son la Policía Nacional y la Policía Local, que siempre que llamamos acuden», cuenta una de las vecinas que asegura que la casa ha sido escenario de fiestas con copas a cinco euros y que los okupas alquilan las habitaciones por semanas y meses.

El chalé fue escenario en junio de 2001 del crimen del abogado Arturo Castillo. De madrugada Pietro Arcan, moldavo de 24 años, entró en la vivienda y envenenó a los dos perros. Esa noche además un fatídico error se alió con el criminal.

La familia no había accionado el complejo sistema de alarma que protegía la casa. Arcan subió hasta la habitación matrimonial y mató a tiros al letrado. Hirió de bala también a su mujer, que sobrevivió al meterse debajo de la cama y que, en plena agonía, llamó al 112. Arcan, que pensó que la mujer no estaba viva, agredió a las dos hijas de la pareja a las que encerró en un lavabo y escapó con varias joyas y dinero.

DETENIDO JUNTO AL HIPERCOR

El asesino fue detenido por la Policía en una pasarela sobre la M-40, cerca del Hipercor. Antes, se deshizo de una bolsa con una camiseta, un revólver con todos los cartuchos percutidos y 19.000 pesetas (unos 120 euros). Arcan fue condenado a 75 años de prisión.

La familia de Arturo se trasladó a otra zona de Pozuelo y puso en venta la casa, que fue adquirida por el abogado de una empresa de restauración.

Sin embargo, este nuevo propietario nunca llegó a vivir en el chalé, según los vecinos. «Llegó a contratar a un jardinero y estuvo algún familiar en la misma, pero fue muy poco tiempo». Finalmente, el Banco de Sabadell embargó la casa al comprador por falta de pago, según el relato de los residentes que bautizaron esa casa y otras similares como «las iglesias» por el diseño puntiagudo de su tejado.

En 2019 un fondo inversor adquirió la casa al banco y a finales del año pasado entraron los okupas a la casa. «Eran tres o cuatro personas de muy mal aspecto y empezaron los problemas de inmediato, ya que armaban mucho ruido y la Policía empezó a presentarse en varias ocasiones en la casa», según un vecino. «Son okupas, pero no respetan a nada ni a nadie. Han hecho fiestas y empezaron a alquilar las habitaciones a gente», se lamenta otra residente.

En los últimos dos o tres meses el barrio ya se ha sublevado contra los okupas. Les han dejado sin luz y sin agua. Hasta Iberdrola les ha quitado el contador, pero vuelven a tener luz con enganches ilegales.

«Ahora como no tienen agua entran de noche a nuestras casas a llenar bidones y al entrar en mi jardín han derribado un muro», explica otra mujer que además asegura que tiran la basura de la casa a su parcela. Algunos vecinos han instalado alarma perimetral para evitar la entrada de los okupas y otros no se han marchado de vacaciones aún por temor a que entren en sus casas.

Debido a la suciedad que acumulan los okupas algunos vecinos han tenido plagas de cucarachas y malos olores durante bastante tiempo. Y también denuncian que han dejado en la puerta hasta 20 bombonas de gas con el peligro que eso acarrea. Por culpa del mal estado del jardín su vegetación es altísima y dos árboles se han caído encima de viviendas aledañas.

Además, en las últimas semanas han llegado coches de lujo conducidos por supuestos matones que salen con bolsas «que podrían estar llenas de droga», explica otra vecina. También por el chalé okupado han visto últimamente a «jóvenes bastante monas acompañando a un caballero, a una señora mayor en silla de ruedas y a unos padres con una niña pequeña en un carrito para que no los echen del piso», según los vecinos.

Hace pocos días a una joven la robaron el bolso en el centro de Pozuelo. La chica siguió a los ladrones que entraron en el chalé okupado. La joven llamó a la Policía, que logró detener dentro de la casa al presunto autor.

La Policía asegura que la okupación está ya judicializada y confirma que son diarias las llamadas de los vecinos denunciando problemas de inseguridad. Los vecinos han pedido ayuda al Ayuntamiento y, de momento, solo el grupo municipal de Vox se ha preocupado por el caso.