La crisis de Gobierno impulsada el pasado 10 de julio por Pedro Sánchez ha sido interpretada por la sociedad española como un movimiento del presidente del Ejecutivo para enmascarar una situación de debilidad. Así se desprende de una encuesta elaborada por GAD3 para ABC con una muestra de 1.003 entrevistas entre el 16 y el 22 de julio. Un 70,2% de los encuestados creen que la decisión de Sánchez es una muestra de debilidad. Un 17,1% lo atribuye, por contra, a su fortaleza.
Esa sensación es mayoritaria, casi unánime, entre los encuestados que declaran haber votado a PP, Vox y Ciudadanos en las últimas elecciones generales del 10 de noviembre de 2019. Así lo estiman un 89% de los electores del PP, un 91% de los de Cs y un 100% de los que optaron por la formación de Santiago Abascal.
Lo más relevante es que ese diagnóstico penetra, hasta ser mayoritario, entre los votantes de PSOE y Unidas Podemos, los dos partidos que sustentan la coalición de Gobierno. Un 53% de entre quienes apostaron por el PSOE en 2019 creen que con esta jugada política Sánchez ha puesto de manifiesto su debilidad. Un 35% de los electores socialistas sí lo interpreta como un gesto que demuestra su fortaleza. Prácticamente el mismo porcentaje (34%) que los que en Unidas Podemos lo interpretan en positivo. Y un 48% lo ve como una debilidad.
No hay mejoría
En el apartado de formaciones de corte nacionalista (que incluye a ERC, JuntsxCat, CUP, PNV, Bildu, Coalición Canaria y BNG) también hay un sentimiento mayoritario de que la decisión evidencia la debilidad de Sánchez. Así lo consideran el 68% de los consultados que votaron a estos partidos. Un 15% sí lo ve como un acto de fortaleza.
Pero precisamente el análisis de que Sánchez se ha visto obligado a acometer esta crisis por atravesar un momento de fragilidad hace que la primera valoración ciudadana de los cambios no arroje un saldo tan negativo. El 37,4% de los encuestados creen que los cambios son positivos para la sociedad española, mientras que un 14,6% dicen que será indiferente y un 35,4% que cree que será negativo. Los porcentajes son idénticos cuando se pregunta cómo afectarán los cambios al propósito de recuperación económica post pandemia.
En esta pregunta sí se constata una buena recepción, aunque no abrumadora, entre los votantes de PSOE y UP. Entre los electores socialistas entre un 45% y un 47 de los consultados creen que serán positivos tanto para la sociedad española como para el hecho específico de la recuperación económica. Unidas Podemos no sufrió cambios en su cuota en la coalición, pero entre un 50 y un 53 de sus votantes también los valora de forma positiva.
¿Y cómo acoge la sociedad española a los nuevos ministros? Pues de entrada la conclusión es clara: con indiferencia y desconocimiento. ¿Considera que los nuevos ministros son mejores o peores que los anteriores? Un 33,4% de los encuestados transmite que le es indiferente. Un 32,1% no sabe qué contestar. Un 18,5% valora que son peores y solo un 16 % apunta ya a que son mejores.
Entre los ciudadanos que votaron a PSOE y UP la consideración de los nuevos ministros es mejor. Pero tampoco arroja un resultado que pueda interpretarse en términos positivos. Un 30% de los votantes socialistas creen que los nuevos ministros son mejores. Pero un 36% no tiene armado un criterio al respecto, un 23% dice que le es indiferente y un 11% cree que son peores. En el caso de los votantes de Unidas Podemos tan solo un 20% cree que son mejores ministros. Un 35% no tiene criterio, a un 30% le es indiferente y un 15% dice que son peores.
Si entre sus electores el estímulo positivo no es mayoritario, entre los votantes de la oposición el cambio no genera ningún efecto que pueda hacer pensar que los socialistas pueden recuperar terreno en caladeros de PP y Ciudadanos. Tan solo un 6% de los electores del PP considera que los nuevos ministros mejoran a los anteriores. En el caso de Vox opinan así el 5% de sus votantes y en el de Ciudadanos un 11%.
Es decir, entre un 89% y un 96% de los electores de los tres partidos a la derecha del PSOE reciben al nuevo Gobierno desde la indiferencia, el desconocimiento y la convicción de que son peores que sus antecesores.
Pesimismo social
La sociedad española atraviesa una época de pesimismo respecto a la realidad actual. Pero pese a las graves consecuencias económicas derivadas de la pandemia los ciudadanos observan con mayor preocupación la situación política que la situación económica.
Un 73,1% de los españoles preguntados en la encuesta califica como mala la situación política. Un 20,5 % cree que es regular y solo un 5,1 % dice que es buena. Son menos, tan solo un 3,2, los que creen que la situación económica es positiva. Sin embargo asciende el término medio: un 31,9% estima que la situación económica es regular. Mientras que un 64,5 % considera que es mala.