Una cámara de seguridad demostró que uno de los Agentes se había resbalado sin contactar con el vehículo, en contra de lo que declaró en el juicio penal. El Tribunal Superior de Justicia (TSJ) de la Comunidad Valenciana ha ratificado los aspectos fundamentales de la sentencia emitida desde la Audiencia Provincial de Valencia que condena
dos Guardias Civiles por simular un atropello en el peaje de la A-7 a la altura de Sagunt.
Los hechos ocurrieron en una madrugada de junio de 2016, cuando esta pareja de Agentes denunció a un conductor y a su copiloto por un supuesto atentado contra la Autoridad mediante el uso de vehículo a motor, además de sendos delitos de lesiones y tenencia ilícita de armas.
Tras la instrucción en el Juzgado número 5 de Sagunt y durante el juicio oral que tuvo lugar en marzo de 2018 en el Juzgado de lo Penal de Valencia, los Agentes, «juramentados en legal forma y apercibidos expresamente de incurrir en responsabilidad penal si no decían la verdad», según recoge la sentencia, «sostuvieron, sin fisuras y de manera reiterada, que el vehículo citado había embestido dolosamente al Agente», cuando éste se encontraba «en el ejercicio de sus funciones».
Sin embargo, la defensa de los acusados demostró la falsedad del testimonio de los dos Guardias Civiles, al aportar la grabación captada por una de las cámaras de seguridad del peaje de Sagunt. Esas imágenes «evidencian lo contrario» en referencia de las declaraciones de los Agentes, «revelando cómo uno de ellos se acercaba a la carrera por detrás del vehículo una vez éste hubo accedido al peaje, resbalándose al llegar a la altura del coche en un momento en el que éste ya se encontraba parado, no habiendo sido embestido por el vehículo, ni realizado éste marcha atrás».
Además de absolver al conductor y a su copiloto, la sentencia dispuso deducir las declaraciones prestadas por los Agentes por si fueran constitutivas de un delito de falso testimonio, algo que así consideró la Audiencia Provincial hasta el punto de condenarles a sendas penas de un año y seis meses de prisión y una multa de siete meses con cuota diaria de 10 euros, es decir, de 2.100 euros.
De nada sirvieron los argumentos de la representación legal de los Guardias Civiles, que reclamaba su absolución al reducir todo este episodio a una «percepción errónea» de los Agentes, debido a la «tensión y la peligrosidad del momento», así como «al cansancio acumulado, al doblar el turno y llevar trabajando sin descanso más horas de las debidas».
Y es que, a su llegada a Sagunt, el vehículo sospechoso ya había sido identificado como cómplice de los ocupantes de otro coche de alta gama que había sido robado en Barcelona. A este convoy se le intentó detener en un primer momento en Borriana, donde las «maniobras peligrosas» del vehículo sustraído hicieron que la Guardia Civil abandonara la persecución por el peligro que entrañaba al resto de conductores.
Ya en el peaje de Sagunt fue donde se volvió a detectar al coche nodriza cuando accedía a una de las cabinas de pago, momento en el que los dos Agentes corrieron hacia ese punto con la mencionada caída accidental, que provocó lesiones leves en la rodilla derecha, el fémur izquierdo y la palma de la mano del Guardia Civil. Los ocupantes del vehículo sospechoso, que llevaban una porra extensible, estaban muy nerviosos y tampoco colaboraron con la identificación.
Los Agentes recurrieron esta sentencia al considerar que no se había demostrado «su conciencia y voluntariedad de faltar a la verdad», pero el Tribunal mantuvo que la «claridad meridiana» de las imágenes no dejaba dudas de que el Guardia Civil «sabía cómo se había producido las lesiones» y el compañero que le apoyó con su testimonio «declaró aquello que no había visto y, ante las preguntas insistentes, reiteró cómo su compañero había sido embestido, explicando cómo se produjo el atropello, cuando tal hecho no sucedió».
Así y pese al «meritorio esfuerzo dialéctico de la defensa», el TSJ concluye que «resulta baldío ante la contundencia de las imágenes y lo absolutamente opuesto a lo que de ellas resultan lo que los Agentes inverazmente declararon».