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Interior día. Un tímido sol entra en el patio de los Gabarre Mendoza en su infravivienda de la Cañada Real, la zona más marginal de Madrid. Plano de conjunto: un niño sopla las velas de una tarta y sus familiares, ocho personas entre bisabuela, abuelos, padres y hermanos, le cantan ‘Cumpleaños feliz’ y rompen en aplausos.
Esta escena tiernamente familiar se ve quebrada por el crujir de las botas de una pareja de policías nacionales: «Sabes que no puedes construir aquí, ¿verdad?», pregunta un agente con cara de pocos amigos a David Gabarre Jiménez, el actual patriarca del clan.
Otro uniformado, mayor, remacha: «Da igual, de lo van a tirar hoy…». La cámara del operador al hombro, que siempre da más sentido de autenticidad. Como si allí no hubiese ningún técnico rodando. Son actores, casi todos no profesionales. Y algunos solo se han puesto delante de una cámara cuando es de vigilancia y los grababan perpetrando un delito.
Este es el eje argumental de la película ‘La última primavera’, una coproducción hispano-holandesa, a cargo de Isabel Lamberti, presentada en 2020 en el Festival de San Sebastián y que también viajó a Cannes en una de sus secciones. La realizadora ganó el Krakow Film Award, en Polonia, en septiembre del año siguiente. Noticia Relacionada estandar No Una docena de clanes familiares, tras el negocio de la droga y asesinatos «por honor» en Madrid Carlos Hidalgo La matanza en Torrejón durante una boda de Los Brunos es el último enfrentamiento entre grupos que, en gran parte, tienen lazos de parentesco La crítica, en general, aplaudió este falso documental versa sobre esta familia asentada en el enorme poblado y, desde un punto de vista crítico con las administraciones y con el plan regional de desaparición del asentamiento , que desde hace veinte años sirve de madriguera para grupos de narcotraficantes españoles y rumanos.
Cuando visitas la Cañada, parece que el mundo está descosido por todos lados, que allí es donde da la vuelta el aire. Pero están a tan sólo 13 kilómetros de la Puerta del Sol. Robos encadenados Los Gabarre se presentan aquí como el epítome de las víctimas de un sistema despiadado, entre cabezazos contra la burocracia, algunas palmas por bulerías y derrapes de BMW de lujo entre chabolas y niños sin escolarizar.
La cara B de la Cañada Real Galiana. David es el tranquilo, el que aparece sumiso ante los agentes; su hijo mayor, Ángelo Gabarre, sin embargo, se muestra enfadado con la situación y reprocha al padre que haya dejado entrar a los policías en su propiedad: «Desde el portón deberías haberles dicho: ‘¡Aquí no se pasa! Que es tu casa y aquí mandamos nosotros!«.
Los hermanos David y Ángelo Gabarre, en el cartel de ‘La última primavera’ el sur films Volvamos a este mes de septiembre. El de 2023. Sin cámaras ni luces ni guion. La realidad escribe el suyo propio. Ángelo acaba de salir de la cárcel, gracias al trabajo de la prestigiosa penalista Beatriz Uriarte, del despacho Ospina Abogados.
La letrada ha conseguido que se le levante la prision provisional tras ser arrestado como miembro y presunto líder de una organización que se dedica al robo en su más amplio espectro: desde bares a estaciones de servicio, ejecutados en su mayoría en la provincia de Toledo y en Navalmoral de la Mata (Cáceres). La Guardia Civil ha detenido este verano a 19 personas por estos hechos. Y una de las pistas fundamentales ha sido el rastro dejado por una furgoneta Volkswagen Touran. De los Gabarre Montoya. Padre, madre e hijo.
Así consta en las actuaciones policiales, a las que ha tenido acceso ABC, en las que, supuestamente, el ‘modus vivendi’ de este clan dista mucho del que se refleja en la aclamada película, el de unos parias condenados por el sistema, que sobrevivien con la venta de chatarra y poco más. Los investigadores hablan de que el entramado criminal atesora «numerosos antecedentes policiales similares» y que están «asociados con un preso fugado de la cárcel de Navalcarnero».
Ficha policial de Rubén Guisado, el preso fugado de Navalcarnero y miembro de la red. A la izquierda, durante un robo en una gasolinera abc Se refieren a Rubén Guisado Rodríguez, al que las cámaras de una gasolinera grabó con otro compinche, ambos de negro y con bragas en la cara, la madrugada del pasado 19 de agosto.
El 30 de agosto, el juzgado de Instrucción número 2 de Torrijos (Toledo) también declaró la libertad provisional para él, español de 26 años, acusado de un delito de robo con fuerza. Ese mismo día, el juzgado número 5 de Valdemoro dictó un auto en similares términos contra Ángelo, de 24 misma edad y nacionalidad.
En la operación cayeron, entre otros, Jonathan Ruiz García, de 29 años, y Hortensia Esteban San José, de 27, y también españoles. A las dos y media de la madrugada del 6 de julio, la furgoneta de los Gabarre fue localizada en el inicio de la investigación de la Guardia Civil, en Bargas (Toledo). Llegaron al hospital Gran Capitán y se bajaron los sospechosos, para ir recabando datos del sistema de seguridad del establecimiento, para ver cómo podrían entrar, según los agentes. Tras pasar la matrícula de la Volkswagen Touran, la DGT ‘escupe’ que tanto el matrimonio formado por David Gabarre y Agustina Mendoza como su hijo Ángelo «están vinculados a ese vehículo», aunque el titular es solo el tercero de ellos. Padre e hijo tienen oficialmente su domicilio en dos parcelas de la Cañada Real.
Ella, en cambio, está empadronada en Rivas Vaciamadrid. Uno de los robos tuvo lugar a las 4.30 horas del 11 de julio, en el bar El Cojo, en Manzaneque (Toledo). Miembros de la banda se llevaron productos de alimentación y bebidas; 600 euros en efectivo; un televisor; un ordenador, y una Thermomix. Al saltar la alarma, la dueña se despertó y vio huir un Audi A6. Dos días después, nuevo golpe en El Paleto, en Alcalea del Pinar (Guadalajara).
La Guardia Civil visionó cámaras de Maqueda (Toledo) y vio el Audi, que figuraba como robado, al que seguía una Peugeot Expert, vinculada a un delincuente conocido, Doroteo Romero. Así pues, además del sustraido Audi, contaban los agentes con dos furgonetas de procedencia ilícita pero relacionadas con personas con antecedentes.
El 20 de julio, el de alta gama fue interceptado en la A-5, a la altura de Navalmoral, deteniendo a Antonio Motos Jiménez, pariente de otro clan de la Cañada muy conocido, el de los Gordos; así como a Doroteo, a Felipe Guisado y a Herminio Silva (este, en un Jaguar, pretendía facilitar la huida de los anteriores). Sospechosos de haber cometido robos en la tetería Oujda y el restaurante La Ventilla del Camionero, en el pueblo cacereño. Y también, una plantación de marihuana El 7 de agosto, nuevos robos. En esta ocasión, con un Audi Q7 y un Volkswagen Golf, que pudieron relacionarse pronto con los propietarios de la Touran (los Gabarre).
A Andrés Esteban sí se le capta con Rubén, el fugitivo de Navalcarnero en una gasolinera ‘low cost’ de San Roque del Casar, en el Q7. Al día siguiente, en una vigilancia, se ve salir a dos individuos del Golf, hacia el parque acuático de Toledo: uno era Andrés Esteban Gabarre. Y ese mismo día captan juntos en la calle a Ángelo con sus padres. Tras una discreta vigilancia, el 17 de agosto, se cierra el círculo sobre este cabecilla. En la detención, entrada y registro, además, se halló una plantación de marihuana en una habitación de la casa: «Es mía. Mi pareja no tiene nada que ver» , explicó Ángelo a los guardias.