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Hajli El Harraj, el jefe del cártel del Sur, al que se atribuye la introducción de más de cien toneladas de hachís y cocaína en nuestro país, fue detenido hace tres meses en Dubái .
Se refugió allí tras escapar en junio a la operación Imperium-Corsini en la que cayó su poderosísima organización de narcos.
Más de 60 detenidos, entre ellos cuatro guardias civiles , un policía nacional, un aduanero y un expolicía local.
Uno de ellos dio al capo el soplo que le permitió huir. «Se nos han caído muchas operaciones de droga por chivatazos desde dentro, a veces después de un año de trabajo», admite un oficial del departamento contra el narcotráfico de la UCO de Guardia Civil.
Quienes se fajan contra los omnipotentes narcos son los más interesados en que aflore esa corrupción policial a la que cuesta ponerle cifras concretas.
Lo que era un secreto a voces ha adquirido otra dimensión después de que se hayan logrado descifrar millones de mensajes encriptados entre delincuentes, a través de sistemas de comunicación ultrasecretos en los que se sentían a salvo.
Encrochat, Sky ECC y Anom cobijaban operaciones de tráfico de estupefacientes, secuestros, asesinatos, sicarios, blanqueo, corrupción… conversaciones que acarrearán años de trabajo policial y judicial y que «ya están dando resultados inimaginables», reconocen los investigadores.
Asuntos Internos de ambos Cuerpos sigue trabajando, veremos si podemos llegar hasta ellos. En algún caso era claro que tenía que haber connivencia de agentes en el puerto de Algeciras para poder entrar y salir la mercancía», explica Macarena Arroyo, fiscal delegada Antidroga del Campo de Gibraltar.
Situémonos en el inicio. Desde hace cuatro o cinco años las investigaciones tradicionales con teléfonos pinchados, balizas y micros en los coches de los narcos empezaron a no tener sentido.
No hablaba ni Dios. ¿Por qué? Porque utilizaban otra forma de comunicarse: teléfonos encriptados, amparados por varias plataformas, a los que era imposible acceder.
La criptocomunicación se convirtió en el aliado perfecto del crimen organizado por un módico precio (unos 1.000 euros costaba el terminal y la suscripción unos 3.000 al año, calderilla para ese tipo de delincuentes).
«Cogíamos droga y organizaciones, pero no a los jefes», coinciden responsables policiales de ambos Cuerpos.
Reventar el sistema En 2020, en plena pandemia mundial, se produjo un hito que lo cambió todo y sigue dando resultados. Agentes franceses y holandeses, bajo el paraguas de Eurojust y con el apoyo de policías de varios países, vía Europol, lograron infiltrarse en Encrochat, uno de estos criptosistemas.
Les permitió asistir en directo durante dos meses y medio a la ‘sala de máquinas’ de miles de delincuentes, una especie de whatsapp en el que hablaban sin tapujos de asesinar, secuestrar, volcar droga, comprar agentes, lavar dinero…
La compañía Encrochat detectó la vulneración y avisó a sus clientes en junio de que tiraran sus móviles, pero para entonces los policías ya habían logrado interceptar y descifrar –en muchos casos– mas de 100 millones de mensajes.
«Se sentían totalmente seguros, hablaban con tranquilidad, se intercambiaban fotos de contenedores, de objetivos, fechas, entregas, de todo…», explica el mando de UCO. El director ejecutivo adjunto de Europol, Wil van Gemert, confirmó cuando se dio a conocer la operación que había «indicios de filtraciones a nivel de los servicios de policía» y que las investigaciones estaban demostrando «claramente el papel de la corrupción en toda la cadena del tráfico ilícito». No hablaba de España, sino de todos los países afectados, también el nuestro.
LOS 3 CRIPTOSISTEMAS Encrochat Funcionaba en móviles Android modificados en los que se instalaba una aplicación de mensajes, se desactivaba el GPS y carecía de tarjeta SIM. La cámara y el micro también estaban en modo seguro.
Agentes franceses y holandeses se infiltraron durante dos meses y medio (2020) hasta que la compañía alertó a sus clientes y se deshicieron de los teléfonos. Había unos 50.000, casi todos usados por criminales.
Permitió la detención de un millar y sigue habiendo operaciones abiertas en toda Europa gracias a los millones de mensajes interceptados Sky ECC Igual que el anterior es una aplicación de mensajería encriptada, según los expertos más utilizada aún que Encrochat y que usaban algunos de los grandes jefes del crimen organizado.
Las amenazas de la Mocromafia a la princesa de Holanda y al primer ministro se descubrieron gracias a estos chat Anom, el FBI Esta aplicación secreta de mensajería ha sido monitorizada en exclusiva por el FBI, que ha dado traslado de algunas informaciones a los agentes españoles.
Todo apunta a que fue el propio servicio policial el que distribuyó Anom en miles de teléfonos (había unos 11.000 usuarios en 16 países) para cazar delincuentes Los delincuentes empezaron a caer como en una mala partida de ajedrez porque después de a Encrochat se accedió a Sky ECC y Anom, este último controlado en exclusiva por el FBI.
Sky, según los expertos, está más extendido a nivel mundial y ahí han encontrado un filón, a los jefes de mayor nivel.
Agentes españoles de ambos Cuerpos forman parte del equipo policial europeo dedicado en exclusiva a averiguar quién hay detrás de cada nick, de cada conversación, de cada delito. Las conversaciones son claras pero hay que poner nombres.
Jumita y el FBI Las tres aplicaciones infiltradas siguen dando resultados insospechados. Gracias a Skype ECC se detectaron las amenazas de secuestro a la princesa de Holanda y al primer ministro por parte de supuestos miembros de la Mocromafia.
Las fotos del cadáver del periodista Peter R. de Vries, asesinado por estos grupos en 2021, se las pasaron a través del mismo tipo de mensajes.
La semana pasada la UCO detuvo a parte de la organización de Alejandro S. V., ‘el Tigre’, considerado uno de los mayores narcos españoles.
Desde Dubái, donde está encarcelado como informó ABC, dirigía operaciones de droga en varios continentes.
Su herramienta principal era Skype ECC. Gracias a los mensajes hallados se le pudo vincular con un contenedor ciego cargado con 2.000 kilos de cocaína que llegó hace dos años al puerto de Algeciras. Hasta entonces no se sabía de quién era la droga.
Está pendiente de extradición. Noticia Relacionada estandar No ‘Mocro Mafia’: el clan de narcos holandeses que escogió España para blanquear Elena Burés La organización se encuentra tras extorsiones, secuestros, el asesinato de un periodista y las amenazas a la princesa Amalia En 2021 saltó la operación Jumita (1.616 kilogramos de cocaína, 29 detenidos y un botín de 16,5 millones de euros intervenidos, la cantidad más elevada encontrada a una organización).
Su base era igualmente el puerto de Algeciras en el que un veterinario del punto de inspección fronteriza y un mozo de Aduanas se comunicaban con mensajes encriptados y permitían la salida de la droga.
La información se logró gracias a que el FBI dio acceso directo a la Guardia Civil a sus datos obtenidos en Anom, otra aplicación secreta de mensajería instalada en miles de teléfonos (unos 11.000) y monitorizada en exclusiva por los agentes norteamericanos. «No se llegó a saber qué guardias civiles concretos ayudaban a la organización, pero sí hablaban de agentes», explica la fiscal Arroyo.
«Veremos si podemos llegar hasta ellos».
Tanto la Policía Nacional (que mantiene una reserva total sobre sus logros gracias a estos sistemas desencriptados) como la Guardia Civil tienen en este momento decenas de operaciones abiertas contra grupos de crimen organizado.
Más de doce solo los expertos en narcotráfico de la UCO. Algunas son flecos de otras. Operación policial en una de las tiendas que vendían terminales RAÚL DOBLADO El horizonte legal, amenazado y un lobby de abogados, a la espera
El debate sobre la cobertura legal de los millones de mensajes intervenidos a delincuentes ya se está ventilando en varios tribunales europeos, entre ellos Italia, Alemania y Francia. La Audiencia Nacional, de momento, ha validado ese acceso y ha acordado al menos tres extradiciones.
En enero, un individuo investigado por narcotráfico pidió que se apartaran de la causa los mensajes obtenidos vía Encrochat.
La Sala de lo Penal recordó entonces que la operación «gozó de cobertura legal» en Francia. «Esta confianza existente entre los Estados pertenecientes a una misma comunidad jurídica (en este caso, España y Francia) determina que lo actuado fuera de nuestras fronteras tenga visos de regularidad y licitud», señalaron los magistrados.
Se han validado prisiones provisionales y por ahora las nulidades pedidas por abogados no han prosperado.
El futuro es un interrogante. Ya hay letrados organizados en torno a un lobby en varios países para que el acceso policial a los mensajes se considere un «hackeo» y, por tanto, ilegal.
El acceso a millones de mensajes de los criminales supuso meses de ‘Minority Report’, es decir, policías frenando crímenes antes de que se cometieran.
En los dos meses y medio que los agentes estuvieron dentro sin ser detectados cada vez que se descubría que se iba a cometer un delito en cualquier parte del mundo se alertaba a quien correspondiera.
A posteriori se han articulado distintos sistemas para dar traslado de los datos importantes, vía Europol y Eurojust. Sin compasión Y entre esos han surgido los agentes presuntamente corruptos.
Se habla de gente de Vigilancia Aduanera , de chivatazos por parte de policías sobre operaciones de sus propios compañeros de la Udyco, hay consultas policiales a bases de datos no autorizadas, pagos en efectivo y funcionarios «proactivos en puertos y aeropuertos».
Añaden que para ambos Cuerpos «es una prioridad atajar la corrupción , de ahí que las unidades de Asuntos Internos de unos y otros se coordinen con los investigadores, incluso del Cuerpo contrario. Las detenciones pocas veces se cuentan. «Conocen la ley y es más difícil pillarlos, pero es verdad que en esas comunicaciones se confiaban».
«Gracias a esta desencriptación, hemos conseguido –aunque sea a posteriori– conocer cómo trabajan las organizaciones criminales, su entramado delictivo no solo el tráfico de drogas, sino a los sicarios, las torturas, los asesinatos, todo eso que supera con creces la realidad.
Es una ayuda. Ellos van siempre por delante y esto no has permitido ponernos aunque sea de forma temporal a su nivel», concreta la fiscal, implacable –como sus compañeros– contra la peor corrupción. « Es un reto y una satisfacción coger a un policía o un guardia corrupto.
Es tanto el daño que hacen a sus Cuerpos que no puede haber ninguna compasión».