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La vida de una pequeña nacida en Baleira (Lugo) fue una pesadilla casi desde el mismo momento de su nacimiento.
Según quedó probado en la vista celebrada esta semana en la Audiencia provincial de Lugo, fue su hermana mayor la que la condenó a una infancia de violaciones y humillación de la mano de su novio, al que «convenció» para que abusase de la pequeña cuando ésta solo tenía 7 años.
El fiscal del caso afirma que fue la mujer ideó un plan para que la niña y su pareja tuviesen relaciones. Unos sórdidos encuentros que empezaron por tocamientos y acabaron en agresiones sexuales completas en las que también participaba el hermano del primer agresor.
El relato de los hechos, por los que los tres -la hermana de la niña, su novio, y el hermano de éste- se han sentado en el banquillo esta semana, es devastador. Los abusos, reitera el Ministerio Público, se dilataron hasta los 13 años sin que ningún miembro más de la familia se percatase de nada.
«En el contexto de la convivencia familiar, su hermana y su cuñado consiguieron doblegar a la pequeña para que mantuviese relaciones sexuales con él « indicó el fiscal del caso en su escrito de acusación, en el que subrayó que era la hermana mayor la que propiciaba estos encuentros »dejando a la pequeña en una situación de desprotección total«.
Sobre la frecuencia con la que se cometían las violaciones, la acusación recalca que tenían lugar de »manera habitual« y siempre en el mismo lugar, la casa familiar, por lo que la niña no tenía escapatoria alguna. Menos aún, sostiene la acusación, cuando los agresores, teniendo ella 10 años, pasaron a ser dos. Una pareja de hermanos que, en connivencia con la hermana mayor de la pequeña, la violaban asiduamente.
El infierno en el que la víctima vivió desde los 7 años cobró una dimensión más trágica, si cabe, c uando con 13 años se queda embarazada de uno de los hombres . Sus agresores la obligaron a seguir adelante con el embarazo y a dar a luz, en 2016, a un bebé que dio en adopción.
Ese fue el punto de inflexión para que la menor, que acababa de ser madre, se fuese de casa y denunciase los hechos. Lo hizo, se encargó de recordar el fiscal, «tras un embarazo terrible, llevado por la denunciante en una situación de absoluta soledad» teniendo en cuenta que los propios abusos provenían de su entorno más próximo y que su vulnerabilidad física y psicológica era máxima. Los análisis posteriores demostraron que el niño que la menor gestó fue fruto de una de las múltiples agresiones a las que la sometió, en este caso, el hermano de su cuñado.
Los tres impulsores de estos atroces abusos reconocieron este martes los hechos y aceptaron un acuerdo de conformidad con el Ministerio Público y con la acusación particular en el caso, que inicialmente solicitaban para ellos una condena de cárcel de 11 años por el viacrucis al que habían sometido a la niña durante seis años
. Sin embargo, reconocidos los cargos, la pena quedó reducida a solo tres años de prisión. Misma condena para cada uno de ellos por un delito de abuso sexual continuado sobre una menor de 16 años. En la notable reducción de la pena que deberán pagar se tuvieron en cuenta las dilaciones en el caso, de las que ellos no fueron responsables, y la reparación parcial del daño a través del pago de una indemnizaciones a la víctima .
En concreto, uno de los hermanos desembolsó 20.000 euros y los otros dos acusados unos 14.000 euros. La Audiencia provincial de Lugo deberá ratificar la sentencia encargada de poner punto final, en el plano judicial, a la pesadilla.
El fiscal pedía inicialmente once años de cárcel para cada uno, pero rebajó su petición a tres años tras reconocer las atenuantes de dilaciones indebidas y reparación del daño.
En concreto, se tuvo en cuenta que la causa lleva paralizada desde 2016 y que los acusados ya indemnizaron a la víctima con 50.000 euros.