Originario de Barcelona, pero afincado en Zaragoza, Antonio Miguel Grimal Marco parece acostumbrado a acumular delitos leves de estafa sin graves consecuencias, aunque ahora quizás no piense lo mismo, después de que hace unos días, tras su última detención, el juez ante el que cayó decidiera enviarlo a cárcel, según desveló Heraldo de Aragón. Prisión provisional a la espera de juicio.

La cárcel le ha recibido después de semanas en las que fue especialmente activo en plantar a quienes le sacaban la cuenta tras sus particulares consumiciones: en un mes, desde primeros de febrero, fue detenido ocho veces por idénticos motivos. Pero es veterano en estas lides, por las que a lo largo de los años ya ha acumulado 46 detenciones. Y estas son solo las ocasiones en las que ha intervenido la Policía, el estafado ha formalizado denuncia y el autor ha sido detenido. A esas hay que sumar las que no han acabado en denuncia y detención, porque el dueño del bar o restaurante ha preferido ahorrarse un proceso judicial de más que dudoso resultado práctico, por cuentas impagadas cuyo importe quizás nunca se salde y que, además, no es de elevada cuantía.

Puesto a hacer un ‘simpa’, a veces opta por hacerlo sin escatimar consumición, y encima con invitados. Fue el caso de la cena que compartió con dos amigos en un hotel: dejó a deber los 143,30 euros a que ascendió la cuenta, según ha desvelado la SER, que también ha localizado a otra víctima del mismo individuo, el dueño del zaragozano bar Espumosos 5M. Allí, hace unas semanas, dio cuenta de una larga lista de viandas: consumió un plato combinado de lomo con patatas y huevo, un entrecot con patatas y un bol de fideos con arroz, que regó con una copa de vino y remató con tarta de postre. Cuando le dieron la cuenta dejó claro que no pensaba pagarla. Y cuando le dijeron que avisaban a la Policía pidió que le sirvieran una cerveza mientras llegaba la patrulla.