Ronin es el perro policía que localizó hace unas semanas a un anciano de 89 años desparecido en el municipio mallorquín de Inca. Su agudo sentido del olfato consiguió seguir el rastro del hombre hasta encontrarlo tendido entre unos matorrales en el camí Vell de Costitx.

Por suerte, el señor seguía con vida, aunque continuaba muy desorientado, por lo fue rápidamente trasladado a un hospital donde logró recuperarse. Y gran mérito de ello es de Ronin, un sabueso de Baviera adscrito al Servicio Cinológico de la Guardia Civil de Baleares.

Él es uno de los ocho canes que integran la unidad canina de Mallorca y su especialidad es la búsqueda de personas. La operación que protagonizó el pasado 2 de noviembre fue, además, doblemente meritoria para Ronin, ya que era la primera vez que conseguía hallar con vida el cuerpo de un desaparecido.

Así lo explica Israel, guía canino de la Comandancia de Palma, quien relata  los detalles de dicha intervención. «Fuimos a casa del señor y utilizamos una chaqueta, que se ponía todas las noches, como olor de referencia. Como lo habían visto por última vez cerca de la estación de tren, decidimos coger un mapa aéreo y estudiar esa zona, la del extrarradio del pueblo», señala Israel.

Añade que Ronin, mientras rastreaba las células desprendidas de la piel del octogenario, empezó a latir. «Estando en la carretera principal de Inca ya me di cuenta que no podía estar muy lejos. Ronin empezó a tirarme fuerte de la correa y a latir, que es un tipo de ladrido que indica que el perro percibe con certeza el olor que está rastreando», refiere el guía canino de la Guardia Civil.

Asimismo, asegura que una de las claves del éxito de la operación fue la climatología. «Que haga demasiado frío o calor es perjudicial para las búsquedas de personas. La temperatura que hubo ese día fue la idónea para la conservación de las partículas que trazaban la pista del desaparecido», manifiesta. Otro punto a favor fue el tiempo, pues afirma que pudieron actuar pronto -a las 24 horas desde su desaparición– y que eso facilitó mucho el trabajo.

Por otro lado, el caso de Ronin es especial, porque «en su especialidad, la búsqueda de personas, suele haber perros de raza española», afirma Israel, a lo que agrega lo siguiente: «Está en plena forma a sus 7 años, por lo que calculo que le quedan algunos más hasta que se jubile. Normalmente, solemos retirarlos a los 12».

El mismo señala que el proceso de adiestramiento de los perros que conforman la Unidad Canina es permanente y que entrenan tres veces por semana. «Desde que los cogemos desde cachorros hasta que los jubilamos, el aprendizaje y entrenamiento nunca se detiene», comenta. También explica que el mejor método de adiestramiento es la recompensa.

Para ello, utilizan premios, como un juguete o algo de comida, con lo que crean asociaciones positivas entre una acción y sus consecuencias. Sin embargo, Israel reivindica que «lo más importante es enseñarles desde bien pequeños a que les guste su trabajo. Está claro que la recompensa es una vía para conseguirlo, pero no tienen que funcionar sólo a partir de premios».

Cabe señalar que el resto de compañeros de Ronin cumplen otras funciones, que van desde detectar la presencia de drogas, dinero o explosivos escondidos hasta el rescate por arrastre de náufrago. Sin embargo, todos ellos tienen algo en común, que es el estrecho vínculo que crean con sus cuidadores beneméritos.

Finalmente, cuando  envejecen, el Grupo Cinológico siempre les busca el mejor retiro posible. En ocasiones se los queda el propio agente y, en otras, la asociación Héroes de Cuatro Patas crea una bolsa de candidatos y una ONG de Madrid elige al dueño.