Al exponer su rostro en internet, se ha percatado de que estaba ayudando a otras personas a aceptarse a sí mismas. «Me di cuenta de que puedo estar ayudando a otras personas que tienen algún complejo, con depresión, con baja autoestima, a aceptarse a sí mismas. Me di cuenta de que tengo una hermosa historia de superación de dificultades», cuenta.

El rostro de Samuel fue alcanzado por fuegos artificiales mientras trabajaba en un espectáculo en Caldas Novas, en Brasil, el 17 de noviembre de 2012. Diez meses después, se sometió a una cirugía de reconstrucción facial en el Hospital das Clínicas de Goiânia.

Durante todos estos años, Samuel optó por usar una mascarilla para evitar mostrar su rostro, incluso en las redes sociales. Sin embargo, hace tres meses, tras de presentarse en un directo en redes sociales sin la mascarilla, se sorprendió por la reacción positiva de la gente.

«Estaba viendo en vivo a una persona a la que admiro y pedí participar. Aceptó mi videollamada y me desenmascaron. Hablé con él con naturalidad, le conté mi historia y tuve una reacción inesperada. Pensé que iba a haber un juicio, pero me recibieron tan bien, que quise seguir haciéndolo», cuenta Samuel.

Samuel todavía sueña con someterse a una nueva cirugía de reconstrucción facial, pero para eso, explicó que aún necesita volver a recibir atención médica. Explicó que el nuevo procedimiento será restaurar la funcionalidad del sistema respiratorio.

«El enfoque principal de estas nuevas cirugías es restaurar la funcionalidad del sistema respiratorio, no por razones estéticas. Sería para rellenar la estructura del rostro, ya que prácticamente he perdido todos los huesos de los ojos para abajo. La región nasal y oral se han convertido en una. Respiro por la boca y por la traqueotomía», explica.

Cuenta que la reconstrucción de los huesos de su rostro debe hacerse mediante prótesis o huesos de otras partes del cuerpo, como la costilla.