La Policía Nacional investiga en Andalucía varios posibles casos e intentos de sumisión química a mujeres, una práctica que acumula numerosas denuncias en redes sociales y también en otras zonas del país como Lérida, Santander, Toledo, Barcelona, Baleares, Gijón, Bilbao o distintas localidades de Gipúzcoa como Azpeitia o Zarautz, todas ellas en la última semana.

En la comunidad andaluza, durante el pasado fin de semana se denunciaron pinchazos en Lucena (Córdoba) y el Puerto de Santa María (Cádiz). En el primero de los casos, la Policía investiga tres posibles víctimas durante la celebración de la Feria de San Francisco en el municipio cordobés.

Los agentes tienen conocimiento de la atención por facultativos sanitarios a tres mujeres tras los hechos supuestamente registrados en una caseta de la feria en la madrugada del sábado al domingo. Las jóvenes fueron atendidas en el centro de salud del municipio después de haber sentido un pinchazo, Según han apuntado a Europa Press fuentes cercanas al caso. Por el momento no ha trascendido ninguna detención.

También el pasado sábado dos mujeres denunciaron haber sido víctimas de este fenómeno en una discoteca de El Puerto. La Policía se encuentra investigando los incidentes, si bien en los análisis toxicológicos no se han encontrado restos de sustancias sospechosas.

Una de las jóvenes denunció también los hechos a través de sus redes sociales, detallando que durante una noche de fiesta con sus amigos, una compañera recibió un pinchazo mientras iban al baño y vio a «un chico con una jeringuilla». «La situación se está yendo de las manos, se ha puesto de moda y hay muchísimo casos», añade.

Sábado 30 de julio, discoteca TROCADERO (Puerto de Santa Maria, Cádiz).
Nos encontramos de fiesta mi mejor amiga y yo con 5 amigos más hasta que decidimos separarnos del grupo unos minutos para ir al cuarto de baño las dos (sigue)

— Cris (@cristina_mff) July 31, 2022

El caso ha quedado en manos de la Policía y la investigación abierta se encuentra bajo secreto, por lo que por el momento se desconocen más detalles hasta que finalice la operación.

Por último, la Policía Nacional investiga otro posible caso de sumisión química en Málaga tras la denuncia interpuesta por una joven turista francesa de 22 años. Según lo denunciado, los hechos se remontan al pasado 8 de julio, después de una noche de fiesta en una discoteca de la capital. La mujer salió del local junto a un joven extranjero al que acababa de conocer y ambos se dirigieron al apartamento de ella.

A la mañana siguiente, la joven se levantó mareada y observó en uno de sus brazos dos puntos de inoculación, según detalló ella misma a la Policía, que mantiene una investigación abierta para esclarecer los hechos. Se está a la espera de los resultados de laboratorio que confirmen si la chica fue inoculada con alguna sustancia química. El presunto responsable no ha sido identificado.

Ya el pasado noviembre, la Policía Nacional reforzó la vigilancia en zonas de ocio del centro de Sevilla después de detectar la circulación de GHB, sustancia conocida como éxtasis líquido o la ‘droga de las violaciones’. En este caso, se detectaron botes cuentagotas con esta sustancia, incolora e inodora, que se deposita en bebidas alcohólicas sin que la víctima se percate para lograr su sumisión.

Protocolo de actuación

La sumisión química consiste en inocular sustancias con efectos psicoactivos sin el conocimiento ni el consentimiento de la víctima con el fin de anular su voluntad y abusar sexualmente de ella. Los primeros casos se reportaron en Gran Bretaña y se extendieron rápidamente por Países Bajos, Bélgica y Francia. En las últimas fiestas de San Fermín ya se denunciaron diversos pinchazos.

El Instituto Nacional de Toxicología informa de que una de cada tres violaciones se llevan a cabo a través de esta sumisión química. Las mujeres afectadas dicen sentir un pinchazo y una posterior pérdida del equilibrio, acompañada de problemas visuales, náuseas y/o vómitos, confusión o niebla mental, dolores fuertes de cabeza e incluso pérdida del conocimiento, lo que hace que al día siguiente no recuerden nada de lo sucedido.

En caso de ser víctima de un pinchazo, se recomienda aislar a la persona afectada y controlar sus síntomas hasta que actúen los servicios sanitarios, que requerirán un análisis de sangre y de orina para intentar detectar la sustancia. Es conveniente denunciar los hechos avisar a los empleados, camareros o porteros del lugar para que adopten las medidas oportunas. También hay que tener en cuenta los posibles riesgos asociados, principalmente la transmisión de enfermedades si la aguja ya ha sido utilizada por otras personas.

En caso de no percatarse en el momento y amanecer con algunos de los síntomas y alguna señal en la piel de un posible pinchazo, se recomienda acudir a un centro sanitario o al hospital para detectar la posible sustancia, así como dejar constancia a la Policía de lo sucedido.