Se ofrece trabajo de verano como policía en Menorca. Alojamiento gratuito en habitaciones compartidas en un cuartel abandonado con sábanas llenas de moho. Pensión completa de menús precocinados. Altas temperaturas y sin aire acondicionado. Este es el panorama laboral que ha recibido en Mahón a los 29 agentes de la Policía Nacional desplazados desde la Península para reforzar el dispositivo de seguridad en Baleares durante el verano.

Los sindicatos de policías han levantado la voz para denunciar las «penosas» condiciones del alojamiento en que viven estos 29 policías de la Unidad de Prevención y Reacción (UPR) de Alicante y Zaragoza que han sido enviados en comisión de servicio a Menorca para labores de seguridad ciudadana. SUP, JUPOL y CEP aseguran que los agentes están en la base militar de Mahón en condiciones «insalubres e indignantes», peor que en el famoso barco ‘Piolín’ en Cataluña.

«Los han metido en barracones militares sucios, en camastros, con almohadas sucias y sin toallas para su aseo personal», denuncia el sindicato JUPOL, que se queja de las «pésimas condiciones de mantenimiento, limpieza y salubridad» de estas instalaciones. «Parece que volvemos atrás como en las nefastas condiciones del polémico barco ‘Piolín’», lamenta el sindicato en referencia a la situación que vivieron los agentes desplazados a Cataluña durante la consulta ilegal del 1 de octubre promovida por la Generalitat de Catalunya a favor de la independencia.

Para Jupol, estos alojamientos son «impropios de una policía del siglo XXI» y choca con los intentos de justificación del Gobierno central, tras la polémica surgida por las recientes declaraciones del presidente Pedro Sánchez en los que calificó despectivamente como ‘piolines’.

Los policías de Alicante y Zaragoza están durmiendo en instalaciones «sucias, sin aire acondicionado en camastros, sin toallas y con almohadas manchadas», apunta el sindicato CEP, que reclama medidas urgentes ante el «despropósito».

«Ésta es la forma en la que nos tratan, mientras vemos que hay presupuesto económico para otras cosas como el millón de euros para poner luces moradas en las comisarías», lamenta el SUP, que explica que los policías que llegan a la Isla a reforzar la seguridad ciudadana tienen que dormir en camas con sábanas llenas de moho, sobre literas, compartiendo habitaciones y comiendo menús precocinados.

«Luego se extrañan de que los policías no quieran venir a trabajar a Baleares», lamenta el SUP, que ha denunciado estos hechos ante el Consejo de Policía y exige que se reubique a los agentes.

Cerca de 200 plazas de policía han quedado vacantes este año en Baleares, según el sindicato. Esta situación obliga a cubrirlas con nuevos policías que acaban de jurar el cargo. Un parche provisional, advierte, ya que «el próximo año se irán seguramente porque somos un sitio poco atractivo para residir».

La falta de policías en Baleares genera estos días, por ejemplo, largas colas puntuales en los controles del aeropuerto de Palma. «Al final, esto repercute de forma directa en la calidad de vida de los ciudadanos y turistas que visitan estas Islas», concluye.