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Los delitos de estafa no paran de aumentar y cada día aparecen modalidades nuevas, sobre todo en internet. La Guardia Civil acaba de destapar una que no es original pero ha traído de cabeza a varios propietarios de viviendas en Villajoyosa (Alicante). Allí, los agentes han detenido a los miembros de un clan que estafaba a los dueños de chalés y pisos de alquiler para corta estancia, los extorsionaba, amenazaba y destrozaba las casas, si no les pagaban para marcharse. El fin de semana o la semana de vacaciones que, como mucho, habían apalabrado se convertía en semanas o meses viviendo gratis. No abonaban nada, atemorizaban a las víctimas e iban llenando los pisos con otros miembros del clan. Los cuatro cabecillas han ingresado en prisión, entre ellos un matrimonio, que lideraba esta rama familiar. La Guardia Civil recibió una denuncia aislada de una mujer que estaba sufriendo una extorsión. Había alquilado su chalé (una segunda residencia) a través de una aplicación de anuncios para un fin de semana en abril pero los clientes se habían atrincherado en su propiedad. Como el contrato había sido de palabra, alegaron que ellos lo habían arrendado para un año, que era su casa, que tenían hijos y pensaban seguir viviendo ahí. Le exigieron 14.000 euros para irse y la mujer, asustada, se los dio. Para ‘convencerla’ destrozaron mobiliario y enseres en su presencia. Era su forma de demostrarle que estaban dispuestos a llegar al final. Noticia Relacionada estandar No Estas son las recomendaciones de la Policía para evitar que ocupen tu casa Entre las recomendaciones previas más habituales es extremar las medidas de seguridad y mostrar que la vivienda está habitada en todo momento Cuando logró que se marcharan el perjuicio ascendía ya a más de 23.000 euros porque a los 14.000 del pago entregado y los suministros a los que tuvo que hacer frente se sumaban los daños que habían causado. Pero una vez en la calle no cesaron y volvieron a exigirle otros 9.000 euros o de lo contrario le ocuparían la vivienda. La víctima, desbordada, denunció. Esa denuncia única fue la que sirvió a los agentes para tirar del hilo. Durante la investigación se dieron cuenta de que no estaban ante un hecho aislado, sino ante una trama bien organizada. El grupo localizaba anuncios de viviendas en alquiler para corta estancia de tipo vacacional y contactaban con los propietarios haciéndose pasar por una familia interesada en pasar un fin de semana o varios días. Una vez que ocupaban la vivienda empezaba el calvario para los propietarios y la amable señora que había acordado las condiciones se transformaba en la líder implacable de la banda. El marido de la cabecilla ponía en práctica las amenazas y la extorsión La cabecilla era quien se ocupaba del contacto y quien recibía las llaves tras un contrato verbal. Cuando llegaba el momento de dejar la vivienda, alegaba sin inmutarse que ella había alquilado para larga temporada. En ese momento entraba en acción su marido, uno de los principales encargados de poner en práctica las amenazas y extorsiones. Las viviendas usurpadas eran ocupadas de forma constante por los miembros del grupo, que a su vez las cedían a otros familiares, garantizándose que siempre hubiera gente en las casas y evitar así que pudieran ser desalojados o que los dueños cambiaran las cerraduras. Para irse siempre pedían 14.000 euros. La Guardia Civil ha localizado a cinco propietarios que han sufrido las mismas prácticas, aunque no descartan que haya podido haber más pese a la rapidez de la investigación. En total los delincuentes habrían obtenido unos 62.000 euros. Tráfico de drogas Los seis detenidos pertenecen a un clan familiar muy conocido procedente de Benidorm y asentado en Villajoyosa. De hecho hace unos meses algunos de ellos habían sido ya arrestados por tráfico de drogas. Los cabecillas de entonces entraron en prisión, pero el resto no y ahora se dedicaban a las inquiokupaciones y extorsiones. Los agentes creen que el propio jefe del clan los aleccionaba desde la cárcel. El propietario que menos pagó les entregó 2.000 euros, un plazo, porque no tenía todo el dinero que le exigían. El miedo al clan fue clave. Están acusados de estafa, apropiación indebida, extorsión, daños y pertenencia a grupo criminal y cuatro, en prisión.