Sarah, madre de cinco hijos, ahora de 38 años y fuera de la cárcel ha hablado con The Sun: «Hice lo que haría cualquier madre porque le hizo eso a mi hijo Bradley, mi pequeño».

«Nunca soñé que sería capaz. No me enorgullezco de eso, pero al menos sé que no puede lastimar a nadie más. No soy una mala persona, pero sé que hice algo malo. Nunca lo he negado y me han castigado», cuenta. «Nunca volvería a matar. No me veo a mí misma como una asesina. Pero no me arrepiento de lo que hice. Era una madre desesperada por proteger a mis hijos».

«Recuerdo que cogí un cuchillo y fui a casa de Mick. Quería convencerlo de que se declarara culpable para que Bradley no tuviera que testificar. Mick abrió la puerta y sonrió. Era arrogante y brusco. No me escuchaba. Un hombre diferente al que había sido mi vecino amistoso. Lo golpeé en la frente con el cuchillo y él me agarró. Perdí el control. No podía dejar que nadie más saliera lastimado, alguien tenía que proteger a la gente», recuerda sobre el asesinato.

Sarah había intentado obtener ayuda después de descubrir que su vecino era un abusador. Pero ella afirma que la policía, los servicios sociales y las autoridades de vivienda no escucharon.

El piso municipal de Pleasted daba a un parque infantil y una escuela en Canning Town, en el este de Londres. Pero nadie conocía el pasado de Pleasted porque se había cambiado de nombre y sus crímenes eran anteriores al registro de delincuentes sexuales.

Antes de saber del pasado de su vecino, cuando Pleasted le ofreció a Bradley, que entonces tenía 12 años, un trabajo en la tienda donde era voluntario en febrero de 2014, Sarah pensó que sería una buena manera de que él ganara dinero para sus gastos. «No tenía ninguna razón para no confiar en él. Pensé que Bradley estaba a salvo».

En noviembre de 2014, Bradley se derrumbó y dijo que había abusado.

«Llamé a la policía. Les rogué que volvieran a arrestar a Mick. Seguía como si nada hubiera pasado y debido a que se había declarado inocente, sus víctimas, incluido mi hijo, serían obligados a testificar», ella no podía soportarlo.

Sarah apuñaló a Pleasted ocho veces con el cuchillo de cocina de 30 centímetros.

El juez dijo que el caso de Sarah era «verdaderamente excepcional» y tomó en cuenta su situación como madre soltera al reducir su sentencia de siete años a tres años y medio. Pero en enero de 2016 la sentencia se duplicó después de que el Tribunal de Apelación dictaminara que el término original era indebidamente indulgente.

Sarah pasó casi cuatro años en la cárcel.