El fenómeno de la violencia callejera provocada por las bandas latinas no cesa en Madrid. El desafío que supone para la Policía controlar las agresiones y peleas multitudinarias, en las que son habituales las armas blancas e incluso de fuego, ya ha traspasado las fronteras de los barrios con mayor presencia de estas bandas y ha llegado a zonas acomodadas donde el fenómeno era desconocido hasta ahora. En el madrileño barrio de Las Tablas, una zona residencial, la presencia de estas bandas se ha disparado en los últimos meses. Este mismo fin de semana se ha cobrado su primera víctima: un joven de 19 años ha resultado herido grave tras recibir cinco puñaladas cuando salía del metro.

Las bandas latinas principales, como los Dominican Don’t Play (DDP), los Trinitarios, Lating Kings, Blood, Ñetas, Forty Two, y Mara Salvatrucha están en plena fase de expansión. El plan antibandas de la Delegación del Gobierno ha resultado insuficiente para contenerles en sus límites y tratar de erradicar la violencia. La Justicia también se ha puesto seria ante su amenaza: hay cuatro miembros de los Trinitarios que se enfrentan a la prisión permanente revisable por un asesinato.

Esa expansión, les ha llevado a poner en disputa algunas zonas acomodadas del norte de Madrid. Por ejemplo, los barrios de Montecarmelo, Sanchinarro o Las Tablas. Este último, donde tienen su sede grandes empresas como Telefónica o BBVA y donde residen decenas de miles de familias, es el último en sumarse a la larga lista de zonas afectadas por la presencia de bandas latinas.

Según explican estas fuentes policiales, las bandas llegan hasta zonas como Las Tablas en busca de un lugar donde expandir sus dominios y, sobre todo, huyendo de la presión policial bajo la que actúan en sus «territorios». En concreto, señalan, Las Tablas está convirtiéndose en «zona de los DDP» que provienen del municipio de Alcobendas.

Cada vez más común ver a grupos de 20, 30 o hasta 40 de sus miembros, especialmente el fin de semana, en la puerta del Metro de este barrio. Pero los problemas llegan cuando aparecen las «visitas»: grupos organizados de otras bandas rivales que se acercan hasta allí para buscar pelea. Y lo hacen armados con bates, barras de hierro, navajas, machetes -su arma favorita- y hasta armas de fuego.  Y ahí es donde se desata el caos.

Machetes

Este domingo, tal y como adelantó OKDIARIO, un joven de 19 años fue apuñalado cinco veces mientras salía del metro. Era, explican fuentes policiales, un miembro de los DDP con los que tenían una cuenta pendiente los miembros de otra banda más minoritaria, pero que aspira a abrirse camino a base de este tipo de acciones. Tres de las puñaladas le alcanzaron la espalda, una el codo y otra en una pierna. Se temió que alguna de ellas pudiera alcanzar una zona vital y provocarle la muerte, pero la rápida llegada de un equipo del Summa 112 consiguió frenar la hemorragia, estabilizarle y trasladarle grave al hospital de La Paz. Allí permanece ingresado con pronóstico reservado.

De unos meses hasta ahora, explican fuentes de la Jefatura Superior de la Policía Nacional de Madrid, las patrullas de seguridad ciudadana han incluido Las Tablas y otras zonas adyacentes en sus operaciones especiales de vigilancia del fenómeno de las bandas latinas. Además, agentes de la Brigada de Información, especialistas en este tipo de violencia, también vigilan discretamente, de paisano, los pasos de estas bandas. Suelen ser los encargados de volver al escenario en los días posteriores

Sin embargo, la presencia policial ha resultado insuficiente para contenerlo y, por los últimos acontecimientos, va a más. Los vecinos, entre quienes comienza a extenderse la preocupación, han reclamado en múltiples ocasiones, tanto a la Delegación del Gobierno como al Ayuntamiento de Madrid, que dote al barrio de una comisaría que permita hacer estable la presencia policial.

Agentes dedicados a la lucha contra este tipo de violencia explican que el modus operandi de los jóvenes pandilleros les convierte en muy huidizos y difíciles de localizar. Utilizan tácticas de guerrilla y algunas de tipo militar, como enviar a miembros «de reconocimiento» a evaluar la zona para comprobar si hay policía o miembros de bandas rivales. Luego llega el grueso, los «combatientes» y los cabecillas. Y junto a ellos, un grupo de menores a los que les está encomendada la tarea logística: cuidar de las barras de hierro, machetes y hasta armas de fuego con los que atacan o se defienden de otros grupos. Lo hacen así para evitar que, en caso de redada, los mayores de edad sean localizados por la Policía en posesión de armas blancas. Un delito que puede llevarles a la cárcel.

Preocupación

La Jefatura Superior de Policía de Madrid contempla este grave problema para la seguridad ciudadana en un informe emitido el pasado mes de febrero. Según recoge dicho documento, “desde finales del pasado año se viene detectando un notable aumento de la actividad delictiva realizada por integrantes de diferentes grupos violentos, de carácter juvenil (bandas latinas), centrada principalmente en las agresiones con armas blancas en general y con machetes en particular, actividad que durante el primer fin de semana del mes de febrero se ha traducido en cinco agresiones, en las que han resultado fallecidos dos jóvenes y otros tres heridos”.

En el último año, las bandas latinas se han convertido en la mayor preocupación para uno de cada tres padres y profesores madrileños, por encima de la inseguridad ciudadana o las drogas. La gran mayoría, uno de cada tres progenitores y docentes, cree que las bandas latinas son una amenaza seria para sus hijos y sus alumnos, tanto en los barrios como el entorno escolar. Además, nueve de cada 10 padres consideran que la actividad de estos grupos criminales ha aumentado de forma destacable en los últimos años.

Éste es el resultado de la encuesta más ambiciosa hasta la fecha sobre bandas latinas en Madrid. El Observatorio de Bandas Latinas en la Comunidad de Madrid ha entrevistado a más de 263 padres y profesores de institutos madrileños de los municipios de Alcorcón, Fuenlabrada, Getafe, Leganés, Parla y San Sebastián de los Reyes, además de 16 distritos de la capital.