La sentencia confirma que estaba durmiendo en su casa cuando el vigilante de una discoteca de Gandia sufrió la puñalada. Tras la pesadilla sufrida por la familia el padre dice que «se ha hecho justicia a medias» porque el autor sigue estando libre

El 6 de enero de 2019 una familia del Grau de Gandia recibió la visita de la Policía Nacional para comunicarle que iba a detener a su hijo, que entonces tenía 19 años, acusado de un intento de homicidio. Los hechos en los que supuestamente había participado consistieron en el apuñalamiento de un vigilante de seguridad en una discoteca de la playa, y la víctima había revelado la autoría aportando hasta el carné de identidad del joven.

Tres años después de un calvario judicial, la Audiencia de València ha absuelto al joven tras un rocambolesco proceso en el que lo más importante es que se ha podido demostrar que, en el momento del apuñalamiento, a las 4.24 horas de la madrugada de aquel 6 de enero, el acusado se encontraba durmiendo en la habitación de su casa.

La sentencia conocida ahora ha permitido comprobar la mala fe que durante tanto tiempo mantuvo la víctima de aquel suceso, porque efectivamente el apuñalamiento existió. El caso es que cuando la Policía acudió a la discoteca aquella madrugada el herido aportó el DNI del joven del Grau y aseguró que él había sido el autor. Los agentes, obviamente, lo tuvieron fácil porque solo fue acercarse a la vivienda y practicar la detención.

Una y mil veces el chico reiteró primero a la policía y después al juez que él estaba durmiendo y, para aclarar por qué el vigilante apuñalado tenía su DNI, dijo que unos días antes, concretamente el 24 de diciembre, lo había perdido mientras se divertía en esa misma discoteca.

Nadie identificó al acusado la noche del apuñalamiento en ese lugar y, lo más sorprendente de todo, el vigilante dio largas reiteradamente a los jueces cuando fue citado a declarar por lo ocurrido y a testificar en el juicio. La familia del joven acusado del Grau tampoco entiende cómo se pudo llegar tan lejos en este proceso cuando incluso había informes del operador de telefonía móvil en los que se comprueba que, cuando ocurrió esa agresión, se encontraba a varios kilómetros del lugar.

La policía fue a buscarlo

El juez, harto de quedarse sin el testimonio del vigilante jurado, incluso mandó a la policía a su casa, en Sagunt, para que acudiera a prestar testimonio, pero el hombre se escudó en que estaba enfermo, «negándose a facilitar cualquier clase de información», según consta en la sentencia a la que ha tenido acceso este periódico, en la que se absuelve al joven, para quien el fiscal llegaba a solicitar diez años de prisión.

Cerrado definitivamente este caso, el padre del acusado ha señalado que ahora «todos descansamos más tranquilos tras una larga pesadilla», y añade que, aunque «se ha hecho justicia», en realidad es «solo a medias» porque alguien efectivamente apuñaló al vigilante de seguridad, y esa persona sigue libre.