El pasado domingo, sobre las doce de la noche en el distrito de Ruzafa, una llamada de una persona que escuchó los gritos de auxilio dio el aviso al 092 y permitió descubrir la situación extrema que sufría la víctima, con dos hijos menores de edad, informa el cuerpo municipal.

La persona que advirtió de la agresión manifestó que había escuchado otras fuertes discusiones entre la mujer y el hombre, pero sí fue la primera vez que la oyó pedir auxilio. Una patrulla accedió al edificio y pudo escuchar tanto la discusión como los gritos de la mujer, por lo que llamaron inmediatamente a la puerta.

Un hombre abrió la puerta y reconoció haber mantenido una pelea con pareja, que calificó de «normal», además de explicar que últimamente tenían discusiones por motivos económicos. También aseguró que a la mujer le afectan especialmente estos problemas de dinero, así como que mostraba una actitud agresiva y llegaba a autolesionarse, por lo que afirmó que debía intervenir para que no sufriera ningún daño.

Seguidamente, la patrulla se entrevistó con la mujer y esta les contó que los malos tratos comenzaron en el 2000 con bofetadas, tirones de pelo, insultos, coacciones y amenazas en presencia de sus dos hijos menores de edad. En 2008 llegó a ser atendida en un hospital por una lesión cervical, pero no se atrevió a informar de que su pareja era el responsable.

En octubre del año pasado, el día de su cumpleaños, la mujer se negó a mantener relaciones y el sospechoso presuntamente le propinó bofetones en la cara y puñetazos por el cuerpo. Entonces llegó a informarse de los trámites para denunciarlo, pero no siguió adelante por las supuestas amenazas de su pareja.

Según la versión de la víctima, las últimas agresiones se produjeron durante todo este fin de semana. El sábado, cuando se marchaba a trabajar, el hombre la sacó de la cocina y la empujó fuertemente contra una estantería, golpeándose la cabeza y la espalda. El domingo por la noche iniciaron una discusión y llegó a tirarla a la cama, mientras la sujetaba con fuerza y le tapaba la boca para evitar que pidiera auxilio.

La mujer nunca se había atrevido a poner una denuncia, pero tras esta agresión manifestó su intención de querer hacerlo. Agentes del grupo GAMA y de la segunda unidad de distrito de Ruzafa la trasladaron a un hospital, con hematomas en ambos brazos y en la espalda y una inflamación en la muñeca derecha, y le acompañaron en el proceso de denuncia.

Colaboración ciudadana
Como concejal de Protección Ciudadana, Aarón Cano advierte que esta situación es «más frecuente lo que creemos» y recuerda la importancia de denunciar para activar así la protección de las víctimas de malos tratos. También resalta la necesidad de colaboración ciudadana, en este caso «crucial para descubrir la situación de extrema necesidad en la que se encontraba esta mujer».

«Todas las situaciones de malos tratos que se producen en el ámbito privado son públicas y nos compete a toda la sociedad denunciarlas. La violencia de género que niega derechos y libertades fundamentales nos compete a todos y todas, es una lacra que agrede a las mujeres cada día y que amenaza cada día también los valores de nuestra democracia. Las mujeres no pueden vivir con miedo», subraya.